El uso intensivo de Internet y redes sociales ha ampliado enormemente las posibilidades de autoorganización social a gran escala para una gran parte de la población mundial. Durante algo más de dos años, hemos visto cómo han emergido inmensas redes ciudadanas desafiando a las instituciones establecidas con unos niveles asombrosos de organización e inteligencia colectiva. Entender cómo funcionan estos procesos de autoorganización de masas en red es un reto crucial para esta nueva generación de movimientos.
Fotografía de Sento