Las sociedades contemporáneas se enfrentan a un reto central: el de la producción y apropiación de los datos generados por quienes las habitan. Los datos son el nuevo petróleo, uno de los recursos que mueven el capitalismo informacional, cognitivo y de la vigilancia contemporáneo. Dicho de otro modo: son un recurso básico del capitalismo actual. En los últimos años, la popularización del uso de plataformas digitales (particularmente, redes sociales corporativas), unido a los avances en el desarrollo de métodos de captura y procesamiento de datos, ha posibilitado la extracción y aplicación de esa información en nuevas formas de ingeniería social y biopoder. Bajo el actual paradigma extractivista, estas tecnologías y los datos, el conocimiento y las aplicaciones resultantes, se concentran en un número muy reducido de manos. El proyecto DECODE plantea un paradigma alternativo, en el que tanto las tecnologías como los datos se construyen como procomunes gestionados por quienes los producen.

El proyecto aspira a desarrollar tecnologías de arquitectura distribuidas, basadas en blockchain, que permitan a las personas usuarias retener un control total sobre sus datos y sobre las tecnologías que usan, al tiempo que favorecen modelos de economía colaborativa verdaderamente democráticos y entre pares. El paradigma de datos comunes auspiciado por DECODE conecta con un régimen político, económico y legal que reconoce los derechos sociales y comunitarios a esos datos. Las comunidades, los barrios y las ciudades deben poder controlarlos y construir economías locales alternativas a las de plataformas como Uber o Airbnb y sus lógicas extractivistas. De este modo, se abre la posibilidad de construir otros modelos de tecnología, economía y sociedad.

El piloto clave del proyecto fue el proceso Democracia Digital y Datos Comunes, un proceso participativo de 6 meses dedicado a probar la tecnología integrada Decidim-DECODE y a imaginar deliberativamente las políticas de datos del futuro.